Nuevo Black Bay Pro de TUDOR
La apuesta de Tudor por los tamaños más comedidos se confirma ahora con la llegada del Black Bay Pro. De nuevo hablamos de un reloj de 39 mm, realizado en acero y con el inconfundible estilo vintage que acompaña a todas las creaciones de la colección Black Bay. En realidad, su generoso bisel y el grosor de la caja hacen que parezca incluso más pequeño en la muñeca que esos 39 mm que anuncia la firma. Una sensación que, lejos de suponer un problema, añade un atractivo extra al reloj y lo emparenta con clásicos aventureros como el Rolex Explorer II de los años 70.
Con este último modelo comparte la misma disposición fija de la escala GMT sobre el bisel de acero de la caja. Su lectura corresponde a la segunda aguja horaria que aparece en la esfera, en acabado amarillo y con la forma snowflake tan característica de Tudor. El reloj se completa con dos elementos técnicos, inéditos hasta ahora en la colección Black Bay. Uno es la nueva corona, con dientes más marcados para un mejor agarre. El segundo es la construcción de los índices horarios con cerámica luminiscente. El uso de este material aporta un mayor empaque a estos componentes de la esfera.
Tres días de reserva de marcha
El Black Bay Pro equipa un movimiento automático MT5652 con espiral de silicio, tres días de reserva de marcha y certificado COSC. El precio parte de 3.480 euros para las versiones con correa híbrida de cuero y caucho, o correa NATO de tela jacquard. Algo más (3.770 euros) cuesta la versión con brazalete de acero. En cualquier caso, las tres variantes comparten la buena relación calidad/precio que caracteriza a las referencias de Tudor.